miércoles, agosto 16, 2006

EL HOMBRE QUE SABÍA QUE ESTABA MUERTO

Carl Foreman sabía que estaba muerto. No recordaba con precisión el desarrollo de los acontecimientos, qué fue primero y qué después, pero terminó por convencerse de su extraña situación. Las razones de su deceso eran poderosas. Al principio le resultó difícil acostumbrarse a su muerte, a cualquiera le ocurriría, incluso a un guionista avezado como él.

Foreman fue uno de los numerosos artistas expulsados de Hollywood. En 1947 la Cámara de Representantes de EEUU creó el Comité Especial sobre Actividades Antiamericanas que bajo el liderazgo del senador McCarthy investigaría la "propaganda subversiva". La llamada "caza de brujas" erradicó del cine a los sospechosos de ser comunistas, y a quienes no los delataran, condenándolos a la muerte de las Listas Negras. Allí estaban también Charles Chaplin, Dashiell Hammett, Dalton Trumbo y Bertolt Brecht, entre muchos otros.

Todo se había iniciado cuando Foreman fue citado a declarar ante el Comité, asunto que lo complicó mucho, porque era conocedor de las reglas del juego. No las había inventado él -su oficio, en realidad, era inventar historias- pero estaba claro que no podía negarse a concurrir.

Supo que algunas personas proporcionaron nombres pero su opción era rotunda: no tenía nada de lo cual culparse y por ningún motivo delataría a sus compañeros.

Carl Foreman pasó a formar parte de las Listas Negras, de los condenados a no trabajar, que es una de las tantas formas de morir. Fue el precio que tuvo que pagar por no haber delatado a nadie.

Pero, aún muerto, Foreman continuaba escribiendo. Sin embargo, se vió obligado a omitir su nombre como co guionista de "El puente sobre el río Kwai". Cuando junto a Pierre Boulle obtuvieron el Oscar por este film Foreman no pudo recibirlo.

Cuando Foreman pudo volver a la vida pública escribió el guión de "A la hora señalada", historia notable sobre un hombre íntegro que enfrenta la cobardía y la traición, una clara alegoría al McCarthyismo. Protagonizada por Gary Cooper y Grace Kelly, la película ganó cinco Oscar en 1952 y el guión fue seleccionado entre los mejores de ese año.

Foreman, que falleció de muerte natural en 1984, tuvo razón cuando, aún en vida, afirmó "yo sabía que estaba muerto; la única alternativa que me quedaba era morir bien."-