domingo, mayo 28, 2006

JÓVENES: AQUÍ SE CONSTRUYE

En un par de semanas entrevisté a Raúl Ruiz, Alejandro Jodorovsky y Raúl Zurita para Concierto Enfoque y Hora 25 y preparé algunos relatos de mis encuentros con ellos pero la realidad, al menos por ahora, me empuja para otro lado y al calor de los acontecimientos planteo algunas cosas sobre los escolares, este movimiento estudiantil que imprevistamente crece y crece y nos deja a todos gratamente sorprendidos.

UNO. Nadie podrá repetir ahora esa mañosa frase que inventaron los adultos para decir que los jóvenes en este país “no estaban ni ahí”. Quizá era un modo de los poderosos, consciente o no, para evitar sentirse amenazados y sugerir que el mundo es sólo de ellos. Esa afirmación, que nunca tuvo sustento, ahora es impronunciable. Incluso más, yo diría que aumenta la sensación que son los poderosos los que no están ni ahí con el país real.

En todo caso, los jóvenes no tenían por qué estar interesados en las escasas posibilidades de participación, en ser considerados habitualmente como consumidores y/o electores, pero pocas veces como ciudadanos; tampoco tenían que sentirse entusiasmados con partidos políticos convertidos en agencias de empleo, con una sociedad que no los escucha lo suficiente o con empresas que sólo los ven como mano de obra barata.

Los jóvenes siempre han estado ahí con sus aspiraciones, sus derechos y sus sueños. Están por un país abierto, tolerante y que no discrimine, por una educación de calidad y por espacios para la creación.

DOS. Hacía falta la voz de los estudiantes, especialmente en un país en que algunos intentan vetar la discusión de ciertos temas y definir estrechamente en qué se puede pensar y en qué no.

Desde siempre, en todas las épocas, en todos los países, los estudiantes empujan y obligan a las sociedades a mirarse, a ver cómo se están haciendo las cosas, a impulsar reformas, a cambiar lo que tenga que cambiar. Alguna vez los jóvenes eran considerados apenas como la prehistoria del mundo adulto, después se convirtieron en un actor social fundamental y desde ellos surgieron grandes cambios. Creo que la transición se hizo sin jóvenes, sólo con adultos demasiado prudentes, con razón o sin ella. Quizá es por eso que una gran masa de jóvenes se volcó a al arte y a la creación creando un país cultural muy atractivo.

Además, todo esto demuestra que las "agendas" no pueden ser rígidas ni excluyentes ni voluntaristas, si no están conectadas con la gente, con lo que pasa, las agendas quedan fuera de la realidad.

TRES. El único problema que hay que resolver, y los propios estudiantes han colaborado en esto, es el de los encapuchados, las bombas molotov y el vandalismo porque eso al final los termina aislando y sus legítimas demandas quedan en la penumbra.

Hace un par de años me tocó la suerte de estar en Roma cuando llegaba Bush y los ciudadanos organizaron una marcha gigantesca en la que estaban los partidos, los independientes, los artistas y los intelectuales, los rockeros, las organizaciones homosexuales, los jóvenes y los viejos, los hombres y las mujeres, familias enteras que salieron a manifestarse pacíficamente y sin temor.

De pronto aparecieron unos encapuchados que comenzaron a tirar piedras y botellas a la policía que resguardaba la marcha (ojo, la policía resguardaba la marcha, la facilitaba) y desde los propios manifestantes surgió un grupo con un mensaje muy claro: se sacan las capuchas, dejan los proyectiles y participan, y si no es así, se van. Los tipos tuvieron que irse y la gigantesca marcha continuó sin ningún incidente mayor por largas horas. Al día siguiente los medios de comunicación no se fueron por el lado de la violencia, porque no hubo, sino por una amplia cobertura de las críticas a Bush y su guerra financiera y petrolera.

CUATRO. Ya no se trata sólo del pase escolar, de la PSU, de la Ley Orgánica Constitucional o de la Jornada Escolar Completa. No. Ahora además se trata de una voz que ha llegado para quedarse, para comunicar y construir sueños. Una nueva subjetividad que pasa a ser parte activa de este país. Si esto no se entiende, las cosas se van a poner difíciles.

Así lo hicieron los jóvenes franceses en Mayo del 68 con “Prohibido prohibir” y “La imaginación al poder”. También en el Chile de los Sesenta con la “Revolución en libertad” y el
“Socialismo a la chilena” y en los Ochenta con “Pan, trabajo, justicia y libertad” y “Democracia Ahora”. En realidad, son los mismos jóvenes de siempre que, cada cual en su época y circunstancia, vienen marchando desde hace tanto tiempo por las calles de todo el planeta para que las cosas sean un poco mejor.

Hacían falta estas voces jóvenes, renovadas, participativas, con ganas de libertad y de futuro. Comenzamos a vivir en otro país y no hay que restarse. Yo quiero disfrutarlo. ¿Que se pueden equivocar? Claro que sí, pero prefiero que se equivoquen los jóvenes a que lo hagan los mismos de siempre.

viernes, mayo 05, 2006

PAIS INVISIBLE, LLUVIAS QUE NO LLEGAN, HORAS QUE NO EXISTEN

Magicmaker (http://cinepuntocom.blogspot.com) hace un comentario en mi post anterior (“Presencia de una ausencia”) recordando los inicios de Cine Video y el tipo que lo conducía y entonces algo explota y se viene a la memoria un tipo tímido que realmente no sabía si quería estar allí, que pensaba que su presencia en la tele era apenas un malentendido, que le asustaba improvisar y recitaba todo de memoria, que era fome, muy fome, y que estaba escondido detrás de un bigote.

Antes de eso el tipo esperó largos meses para que saliera al aire el primer programa porque estaba planificado para las 11 de la noche pero el año 90 hubo sequía y la tele se cortaba justo a las 11 de la noche para ahorrar energía y entonces el tipo vivía mirando al cielo para ver si aparecía una puta nube en el horizonte y le decía a sus amigos ojalá llueva, ¿por qué?, le preguntaban, porque si llueve voy a hacer un programa de cine, y ellos lo quedaban mirando con cara de este huevón se volvió loco, y el tipo seguía esperando pero a veces no quería que lloviera porque le daba susto salir en la tele, pero al final llegó la primavera y la tele ya no se cortaba a las 11 y el programa finalmente salió y el tipo ahora piensa que quizá la sequía fue buena porque le dio tiempo para madurar las cosas.

Antes de todo eso el tipo estudiaba periodismo en la UC, era ayudante de los cursos de cine y pensaba que cuando terminara la carrera se iba a cambiar a la Escuela de Artes de la Comunicación para estudiar cine pero vinieron los milicos y la cerraron y entonces él dijo mierda, que hago ahora, y comenzó a vitrinear becas para estudiar cine afuera y cuando se abrió una posibilidad seria de irse al tipo lo llama un amigo y le dice te necesitamos para trabajar en un organismo de derechos humanos, la Vicaría de la Solidaridad, no hay mucha gente que esté dispuesta a meterse en esto así es que piénsalo y ojalá te vinieras pero piénsalo bien porque esto es duro y no va a ser corto.

El tipo queda marcando ocupado algunas semanas sin saber qué hacer pero al final toma una decisión y se queda a trabajar en la Vicaría y desde allí ve un país que pasaba por momentos terribles, desaparecidos, torturados, relegados, cesantes, niños que apenas sobrevivían en comedores infantiles solidarios y dirige una revista que denuncia las atrocidades. Más tarde junta un lote y hace el Teleanálisis para mostrar las imágenes del país invisible, y simultáneamente, con otro lote, escribe “Chile: la memoria prohibida” y después trabaja en la Campaña del No y llega la democracia y un buen día alguien lo llama y le dice me interesa que hagas un programa de cine en el 7 y el tipo se entusiasma y dice bueno ya pero cuando todo estaba preparado postergan el programa porque no había una puta nube en el horizonte.

Es curioso, recuerda el tipo ahora, cuando iba a estudiar cine en medio de la dictadura llama un amigo y propone otro camino y cuando la dictadura se acaba hay otra llamada para que haga un programa de cine en la tele, parece que la vida es redonda dice el tipo y está bien, hay que dejarla que sea así porque ocurren cosas inesperadas y al final parece que en ocasiones la vida es sabia o quizá el asunto es que la sabiduría es redonda.

Y entonces se da cuenta que buena parte de su vida ha transcurrido entre las imágenes de un país invisible, las lluvias que no llegaban y las horas que no existen, en un tiempo en el que se mezclan el azar y la voluntad, el amor, el desamor y de nuevo el amor, los dolores y los sueños, los temores y las ganas, todo eso piensa el tipo ahora en una tarde otoñal de viernes que huele a lluvia.