Está claro que 140 caracteres no dan para tanto. Sin embargo, el conjunto de lo que se dice en Twitter permite conocer y analizar los temas que allí se expresan y tomar el pulso a los intereses de ciudadanos que no aparecen en los medios. Siempre se ha dicho que la opinión pública es “la opinión publicada”, lo que indica que sólo una elite muy pequeña, aquella que tiene espacio en los medios tradicionales, es la que tiene mayores posibilidades de influir en el debate público. En ese esquema, los ciudadanos estaban reducidos a ser sólo consumidores de las opiniones de los más influyentes. Afortunadamente eso terminó.

Los temas públicos habían estado hasta ahora hegemonizados por las pautas de los medios tradicionales, en las cuales muchos temas, por razones de espacio u otras, quedaban fuera. Ahora muchas veces los medios se ven obligados a abordar temas que aparecieron primero en las redes sociales. Esto no significa despreciar a los medios tradicionales. Sin ir muy lejos, recordemos que en Chile fue el programa Informe especial de TVN el que otorgó resonancia pública al caso Karadima cuando muchos preferían mantenerlo en la oscuridad. Fue entonces que a las autoridades de la Iglesia Católica no les quedó otra alternativa que abordarlo en serio luego de muchos años de encubrimientos.
Luego en Twitter pudimos conocer lo que los ciudadanos pensaban al respecto, lo que no fue indiferente para las autoridades. En suma, en el caso de las redes sociales el centro obviamente no es el análisis sino la opinión instantánea respecto de lo que está pasando, lo que posteriormente puede permitir un análisis de tendencias. No es poco.
Y ahora recién me entero que según un informe del ejército de los Estados Unidos Twitter podría convertirse en una potencial herramienta de comunicación para los terroristas. Allí se sostiene que en la actualidad Twitter podría ser utilizado como medio de comunicación por grupos de activismo social, entre los que se encontrarían socialistas, comunistas, anarquistas y un largo etcétera. Lo mismo sostiene Chávez. ¿El principio del fin? ¿Hablar por teléfono también se terminará convirtiendo en una actividad peligrosa? Huele mal.
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