En el pueblo se enfrentan dos lógicas: los que no saben qué hacer y los que optan por la violencia para exterminar a los jóvenes. Viendo la película recordé un relato de la antigüedad en el que en una aldea los hombres se van a la guerra y sólo quedan las mujeres, los ancianos moribundos y los adolescentes. Cuando los adultos vuelven, se encuentran con que todas las mujeres de la aldea están embarazadas. Pasa el tiempo, los adultos deben irse a otra guerra pero, antes de hacerlo, asesinan a todos los adolescentes.

A diferencia del personaje de Brando, los jóvenes egipcios sí saben hacia dónde quieren avanzar. Lo mismo ocurría con “el hombre del tanque”, un joven anónimo que se interpuso frente a una línea de varios tanques durante la revuelta de la Plaza Tiananmen de 1989 en la República Popular China. Pero en ese caso el muro de silencio aplastó las demandas democráticas. Todavía no existían las nuevas tecnologías.
Pero ahora sí existen y a través de ellas se organizaron las movilizaciones. A pesar del bloqueo a internet y a los teléfonos móviles decretado por Mubarak el movimiento ha logrado eludirlo, según informa la prensa internacional.

Las nuevas tecnologías generan efectos sin vuelta atrás y hacen posible que los jóvenes irrumpan y expresen sus demandas, tarea en la que el mundo político continúa en el tiempo de los faraones.
Por acá, mientras tanto, no es inútil recordar a Los prisioneros y El baile de los que sobran.
Es otra noche más de caminar
es otro fin de mes sin novedad
tus amigos se quedaron igual que tú
este año se les acabaron
los juegos...los 12 juegos
Únanse al baile de los que sobran
nadie nos va a echar de más
nadie nos quiso ayudar de verdad…