miércoles, octubre 12, 2005

JÓVENES REBELDES, PADRES FUGITIVOS

A propósito del estreno de "Se arrienda" recordé varias películas que abordan el tema generacional y la relación hijos/ padres (y no al revés) que transitan por el abandono, la soledad, los ritos de crecimiento, las utopías y los sueños, los primeros amores, la madurez, en fin, temas que nos marcan y nos acompañan durante toda la vida y donde el cine se convierte en un buen compañero de viaje.

Para mí el punto de partida es la novela “El guardián entre el centeno”, (Salinger, 1951), entre otras cosas porque influyó poderosamente en el modo en que el cine norteamericano abordaría el tema.


Salinger instala rápidamente el desencanto que ronda la historia y que posteriormente estará presente en varias películas: “... lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso” dice Holden Caufield, el protagonista, en el primer párrafo.

Cuatro años después en “Rebelde sin causa” (1955, Nicholas Ray) se asoma con vigor el tema del abandono emocional. Hay una escena en que James Dean, atormentado por la culpa ante la muerte de un joven, intenta hablar con los padres para que lo escuchen y lo consuelen, para que lo quieran como él necesita ser querido, pero no pasa nada. El padre es un blandengue incapaz de tomar decisiones y la madre, cuando se entera que su hijo está en dificultades, le dice algo parecido a “pero por qué tienes problemas si yo siempre le rezo a la virgen por ti”. El se queda mirándola en silencio, tratando de olvidar que tenía ganas de ser acogido por ella. Dean está sólo. Es joven y está sólo.


“Busco mi destino” (1969, Peter Fonda) se mueve en otra dirección. Peter Fonda y Dennis Hopper son dos jóvenes que agarran la moto y se van de la casa de sus padres, el diálogo ya es imposible y ni siquiera lo intentan, en realidad, no les interesa. No es un dato menor que hacia el final se cruzan en una carretera con un par de viejitos y uno de ellos saca un rifle, les dispara y los mata. ¿Por qué? Por jóvenes. Y no es chiste.

En 1983 Francis Ford Coppola realiza “La ley de la calle” y le da otra vuelta de tuerca al asunto. Matt Dillon y Mickey Rourke son dos hermanos que tienen padre, uno de ellos vive con él, pero se trata de un personaje ahogado en alcohol, abandonado de si mismo e inútil que no es un apoyo sino una carga, una especie de bulto que alguna vez fue padre. Ellos también están solos y la calle es peligrosa, no escucha ni da consejos. Y dispara a matar.

En “La dura realidad” (1994, Ben Stiller) Wynona Ryder es una estudiante que está realizando un documental. El profesor le pregunta cual es el tema y ella le explica que es la historia de una generación sin referentes, sin héroes, sin líderes. Ante la extrañeza del profesor agrega: “lo que pasa es que nuestros padres cambiaron la revolución por el jogging.” Padres trotando, huyendo de sí mismos, de los hijos y de la vida. Y, peor, cuidando el look para no envejecer, para creerse jóvenes. Todo mal.

En “Se arrienda” (2005, Alberto Fuguet) los padres siguen ausentes y cuando intentan aproximarse las cosas no marchan bien. Uno le ha disparado un par de balazos en el estómago a su propio hijo y el padre de Luciano Cruz Coke intenta ayudarlo pero en el fondo no lo conoce y sólo le plantea sus propias interrogantes desde la distancia y la frialdad.

Pero Fuguet, en una escena sencilla y conmovedora que es puro cine, enciende un fuego. Cuando padre e hijo están saliendo de un túnel de lavado automático, desde el interior del auto ambos observan en silencio cómo el aire del secado empuja lentamente hacia arriba las gotas del parabrisas, transformándolas en lágrimas que antes de secarse suben al cielo y, quizá por primera vez, comparten una emoción.

16 comentarios:

Shidi ! dijo...

Curioso, por fin en desacuerdo. Yo prefiero, la mayoría de las veces, historias que abordan las historias de padres/hijos (será que no cumplo rol materno aún). Pero bien abordadas. Nada de adultocentrismos. Me gusta por ejemplo la genialidad de "Belleza Americana" para mostrar la decadencia de un padre (increíblemente interpretado por mi favorito K.Spacey), que se siente vacío y hace todo por llenar su vida, a pesar que es padre y debería comportarse de manera "correcta". O al revés, consintiendo tu idea, el caso de "Criaturas Celestiales", donde la madre resulta la bestia terrible de la felicidad de una niña y su amiga. O "El Gran Pez", que a mi modo de ver aborda ambas aristas Padre/Hijo, Hijo/Padre.
Y bueno... es natural que entre "Rebelde sin Causa" y "Busco mi Destino" haya una diferencia. No sólo por el cambio de director, actores y temática. Sino porque la oscuridad del cine y la literatura de los cincuenta, ha sido para mi gusto, paradigmática.
Me alargué, lo siento. Buen post
Salu2
Shidi !

SATI dijo...

Se arrienda........ es leer un Mala Onda o algun cuento de Sobredosis..... me encanto... me identifico... me deprimio... me hizo sentir participe de mi realidad, aunque distinta, parecida.
Las relaciones hijo/padre son perennes.... aunque existan dos balazos de por medio.

grandchester dijo...

que triste la sensación de convertirte en un bulto, ver el pavor y el esfuerzo de tu padre por no convertirse en eso para sí y para los otros
...lo veo en los ojos de mis padres

buen post
saludos juveniles

in_door dijo...

'las invasiones bárbaras'. a pesar de ciertas cosas que debilitan el argumento (o lo hacen andar más fácilmente) muestra una mirada bastante sensata al respecto

in_door dijo...

ah, bueno
big fish. un poco fetiche, lo sé. pero fue duro verla para alguien que tiene un rollo al respecto. Lo mismo con los Tennenbaums, que a nadie que conozca le causó ese efecto. bueno, qué se le va a hacer

Augusto Gongora dijo...

Shidi, Belleza Americana es notable, y el plano final de esa bolsa plástica moviéndose con el viento tiene la poesía, el encanto y el sentido que no tiene esa familia pretendidamente feliz. Y Sati, hijos y padres estamos condenados a querernos a como dé lugar, no otra alternativa, claro que con un par de balazos en el estómago debe costar, y doler, mucho. Grandchester, lo del bulto no tiene que ver con el desamor de otros sino con el abandono de si mismo, que es el peor de todos los abandonos, aunque peor es lo que plantea Bergman, hijo de un pastor protestante, en sus películas y que es el silencio de Dios. Es acertado lo que dice in-door porque al final los peores dolores son los que se conectan con nuestros abandonos internos.

jean falcon dijo...

m no la he visto ni piratea por ahi, no he tenido tiempo para nada con suerte reviso mi mail,,,,, ajjaj
saludos y trata de arreglar el programa de tv chilena q dirijes dale mas enfacis a nuestras tierras y virtudes

SATI dijo...

Tienes razon Augusto, es lo que planteo al darle el calificativo de perenne...... incluso cuando los "balazos" vienen de tan cerca.

.:: blackbird returned ::. dijo...

Ví "Se Arrienda". Me identificó y me fortaleció.
Viéndola y leyendo tu post, me acordé de otra película que toca el tema de la compleja relación padre/hijo. Se trata de "Garden State" ("Tiempo de Volver", 2004) que cuenta una relación bastante destructiva sicológicamente hablando, del padre con su hijo.
Ojalá la haya visto, se trata de una película pseudoindependiente del cine norteamericano, con un tufillo a película generacional.

Un abrazo.
Ah! otro gran ejemplo, algo opuesto al que dí, es "Big Fish" de Burton....
En fin, no me alargo más

Saludos.
C.

Marcos dijo...

Augusto, te cuento que me alegré de encontrar un Blog tuyo porque tienes tema. Mi pregunta es la siguiente ¿has vivido una experiencia similar a la de las películas a las que haces alusión, sea como hijo o padre?.
Un abrazo con afecto desde el Sur.

piolilla dijo...

Los balazos en la guata son tan reales como metafóricos. Y dependiendo del calibre de la bala, duelen más o menos. Y se dan para los dos lados, hacia padres y hacia hijos. Pueden ser las miradas de desaprobación, vergüenza, miedo, las palabras que achican, las burlas, el enorme miedo a fallar, los golpes, las balas.
Preciosa la escena de las gotas de lluvia subiendo por el vidrio, gran momento en que se dan cuenta de que más allá de las balas hay un lazo irrompible, y balas más grandes que las que hemos dado y recibido.

XXXXX dijo...

no es menor la diferencia que planteas respecto de las relaciones padre/hijo y hijo/padre. parecen lo mismo pero pueden ser totalmente distintas o totalmente parecidas en cuanto a motivaciones, efectos, razones, no razones...
es interesante, pero todas nuestros traumas, cosas buenas, cosas no tan buenas , se deben a nuestros padres, a los padres de mis padres y asi sucesivamente...esto no es justificacion de nada, lo que quiero decir es que es necesario vivir el conflicto, las soluciones han variado, pero que tremendo es que la solucion por parte de los padres sea no crear puentes con sus hijos.
Esto es una lucha personal en dos frentes de batalla ahora vivimos la hijos padres (en mi caso), despues me tocara padre/hijo...vamos preparandonos, si es que se puede!!!
saludos

Augusto Gongora dijo...

Gracias por las citas de otras películas con el tema. Que bueno que Luciano Cruz Coke haya participado de este debate, me parece que el personaje Gastón Fernández va a ser un referente tal como Matías de Mala Onda, entre otras cosas porque está muy bien actuado. A propósito de hijos/ padres a veces pienso que es como las cárceles, la escuela del vicio para cuando se vive el padre/ hijo. No se asusten, exagero. Y respecto de los balazos una vez Humberto Maturana me dijo algo así como "la culpa no es de la bala, es un problema del cuerpo que la deja entrar". Algo hay de eso, cuando otros nos hacen daño es, entre otras cosas, porque uno lo permite. Saludos.

Anónimo dijo...

Augusto,
Jerome David Salinger, el autor de ese Cazador en el Centeno, escribio unos cuentos (recuerdo Franny and Zooey y otros) y despues desapareció. En EEUU pandió el cúnico porque creyeron que había muerto, pero no, sólo se había pegado una salida de escena definitiva.
Su figura está representada por ---crestas, se me olvidó para variar el nombre del actor---- el personaje de Terrence Mann, el amigo que ayuda a Kevin Costner a buscar pistas sobre su padre en "Campo de Sueños", ¿lo recuerdas? El granjero Costner escucha voces para que haga una cancha de beisbol entre los choclos que siembra. Es una de las peliculas mas extrañas y no-ortodoxas del cine americano de los 80, anunciando quizá el fin (mejor dicho, la suspensión) de la era Reagan-Bush. Ah! el actor negro era James Earl Jones.

Anónimo dijo...

He visto muchas películas chilenas, temáticas distintas por lo general son sociales... De apoco crece el cine en Chile, a golpes y frustraciones. Fuguet nos da la pauta para comenzar a tomar las armas necesarias a todo evento fílmico... claro no es la calidad del 35 mm que se pone en juego acá, sino el argumento. Recordemos que aun existen los hijos del 73'. como no, si muchos creían en ideales suspendidos en el aire.. y que de una u otra forma se destruyen a medida que nos abraza un sistema mezquino. En pocas palabras " Como construimos imágenes y se nos destruyen los ideales"
Gracias señor fuguet por su obra.
Y a usted señor Gongora, por dar el espacio.
Tengo un blog que trata de concentrace en el cine chileno.
Espero que me apoyen es nuevo y solo están las sinopsis de algunas películas de Chile. Luego habrá comentarios y documentos que serán de gran ayuda para entender el cine en Chile.
www.cine35.blogspot.com

Anónimo dijo...

Disculpen es www.cine35chile.blogspot.com