lunes, marzo 08, 2010

El terremoto y la imagen de la bandera

Cuando luego de la catástrofe el artesano de Pelluhue Bruno Sandoval recorría el lugar y rescató una bandera chilena de los escombros y la levantó ante el requerimiento de un fotógrafo seguramente no tenía conciencia de que en ese momento se estaba gestando una señal de gran potencia.


Esa bandera enterrada, sucia, arrugada y rota estaba a punto de pasar al imaginario colectivo de los chilenos y dar la vuelta al mundo.

El gesto y la bandera son una metáfora de la muerte y el dolor, pero también expresa de un modo sencillo la voluntad de sobrevivir, de salir adelante, de volver a levantar este país.


Régis Debray sostiene que el nacimiento de la imagen está unido desde el principio a la muerte y que si la imagen arcaica surge de las tumbas, es como rechazo de la nada y para prolongar la vida.


Cada uno de nosotros establecemos, más allá del sentimiento colectivo, una relación personal, silenciosa, con la imagen de esa bandera que está impregnada de nuestros miedos, afanes, recuerdos y dolores. Cuando nos enfrentamos a aquellas imágenes que nos conmueven emocionalmente de algún modo hacemos una foto de nosotros mismos en el momento en que las contemplamos.

El asunto es relevante. En su libro “Atrapando la luz” Arthur Zajonc afirma que la luz de la naturaleza y de la mente -o quizá del alma, podríamos agregar- se entrelazan y suscitan la mirada, pero cada una de ellas por separado es misteriosa y oscura.

No es casual entonces que en latín la misma palabra, imago, señala a la imagen, la sombra y el alma.

3 comentarios:

Natalia Lepe dijo...

Es que puede moverse la tierra pero el espíritu sigue firme.
Siempre ser ... Ver másá la madre naturaleza la que de la última palabra frente a nuestros planes y deseos. Es por eso que hay que re-unirse en su causa, re-tomar el contacto, re-sentirnos parte de ella. Una vez que logremos en conjunto aquello, comprenderemos que el post-modernismo debe ir de la mano y en concordancia con nuestro planeta. Avanzando por nuestra cuenta y de forma individualista, veremos los equilibrios naturales una vez y otra vez como catástrofes, en vez de armonizar nuestra convivencia con la naturaleza!!! y agradecer las experiencias que nos entrega.

L Mery dijo...

A veces mirar a ese hombre y su bandera desde lejos; a veces ser ese hombre encontrando una bandera; a veces ser uno mismo la bandera revuelta, sucia y ajada (es difícil no remecerse con esta foto, no transportarse).
* * *
"reparad el motor del alba
en tanto me siento al borde de mis ojos
para asistir a la entrada de las imágenes"
(de esa tremenda bodega de infinita relectura que es Altazor)

Un abrazo!

Paz dijo...

Esa bandera suscita calor en mi pecho. Orgullo, empatía y melancolía. Me vine lejos en busca de conocimiento y acá, en la tranquilidad de la soledad, he visto mi país con otros ojos. Es como el proceso de las separaciones, muertes o distanciamientos, que te permiten ver en frío las cosas. A día de hoy esa bandera para mi significa calidez, amistad, coraje, unión, fe, pueblo, amor y resilencia. Y no inmiscuyo gobiernos ni políticas en mi representación social del país, es la gente la que le ha dado ese valor a nuestra bandera.
Un fuerte beso A.
Cariños, Paz