miércoles, octubre 20, 2010

Mirar tiene consecuencias

¿Cómo estarán reconstruyendo su mirada los 33 mineros después de todos esos días de oscuridad? Luego de haber vivido toda una vida en medio de la indiferencia de parte del resto del país, ¿qué sentirán ahora al ser tratados como héroes, que lo son, y observar a este mundo que los admira y los persigue? ¿Cómo se verán a sí mismos en las pantallas de TV? Mirar tiene con secuencias.



Algunos ejemplos. Personas que han padecido ciertos grados de ceguera se angustian al recuperar la visión porque la información visual es tan invasiva que les provoca diversas alteraciones.

Las cebras recién nacidas identifican a su madre por el diseño de las rayas de su cuerpo, que son diferentes en cada una de ellas. Por eso, en los primeros días, la cebra madre la cubre para impedir que mire a otras hembras. Si miran detenidamente a una hembra que no es su madre pueden llegar a confundirla con ella.

El mito dice que algunos de los 33 espectadores (sí, 33) de la primera función de cine, en 1895, se asustaron y arrancaron cuando vieron las imágenes de “La llegada del tren a la estación”. Nunca antes habían visto imágenes en movimiento.

Hay estudios que indican que una creciente cantidad de personas miran hasta seis horas diarias en las múltiples pantallas a las que tienen acceso: la TV, el celular, el computador, etc. Lo que se traduce en 2.190 horas al año, es decir, alrededor de 91 días. En cinco años se destina más de un año a mirar pantallas. Hoy se dedica menos tiempo que antes a observar la realidad y más tiempo a mirar imágenes, las que se parecen a la realidad pero sólo son versiones de ella.

En su ensayo “Sobre la fotografía” (1975) Susan Sontag sostiene que cada imagen es producto de múltiples opciones subjetivas tanto en la fase del registro como en el momento de articular un relato, lo que inevitablemente tiene una carga social e ideológica. El problema es que inconscientemente le asignamos a las imágenes un estatus de realidad.

Además, ocurre que vemos, pero no miramos. Ver una función mecánica. La palabra mirar, en cambio, viene del latín admirar, lo que supone comprender lo que se observa. Mirar tiene consecuencias.

¿Cómo vivirán los mineros, que nos han dado una lección a todos, esta mezcla de gran popularidad y, al mismo tiempo, estar sin trabajo? ¿Qué ocurrirá en sus vidas cotidianas en donde por estos días pueden mirarse continuamente en los medios de comunicación? ¿Qué imágenes tendrán del paulatino retorno a la normalidad, cuando ya no se vean todos los días en las pantallas?

Lo peor sería que se volvieran a sentir solos, tan solos como cuando aún no se sabía que estaban vivos, cuando nadie los miraba.

2 comentarios:

MELLA dijo...

Con respecto a "problema de otorgarle a las imagenes el status de realidad", cual es el punto problematico? Tiene acaso alguna connotacion negativa? Es el acto de fe el problema?. Lo digo porque, mas alla que la imagen sea "falsa" o "verdadera", si la persona cree en ella, se transforma de inmediato en verdad...bueno se que me escapé del tema pero lo que dice Sontag es extrapolable a muchos otros ambitos, leo lo que quiero leer y manipulo lo que leo en funcion de mis ideas.
Saludos

E-Learning Software India dijo...

Nice Post!
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