miércoles, marzo 22, 2006

PASQUINES Y BESOS CON LENGUA

30 de abril de 2007. Acabo de leer que en México la Iglesia Católica excomulgó a los legisladores del DF que despenalizaron el aborto hasta las doce semanas de embarazo. A propósito de excomuniones, el chileno Juan Rafael Allende tiene dos records, que se relatan más abajo.

UNO. Para entrevistar a Patricio Fernández, director de The Clinic, busqué el origen de la palabra pasquín, porque así le gusta a él denominar a la revista. Seguramente para diferenciarla de la prensa tradicional vinculada a los grandes poderes.

DOS. Según la Real Academia Española pasquín es una “revista con artículos e ilustraciones de mala calidad y de carácter sensacionalista y calumnioso”. Bien. Eso es lo que hace atractivos a los pasquines.





TRES. El nombre tiene su origen en una estatua griega del siglo III A. C. que está en Roma y es conocida como Il Pasquino. Es un torso desnudo que representa a Menealo con el cuerpo de Patroclo. Otra versión afirma que es Ayax con el cuerpo de Aquiles. Eso no importa, da igual, olvídenlo, el punto es que en la estatua habitualmente hay papeles que contienen denuncias y sátiras contra los poderosos. (Atención, por si ya están lateados, el héroe de esta historia es un chileno del siglo 19).


CUATRO. La estatua debe su nombre al Maestro Pasquino, un sastre jorobado del siglo XV que vivía en las cercanías y era famoso por la mordacidad de sus comentarios. A causa de este personaje se convirtió en una práctica común pegar papeles con burlas e ironías en la estatua. Los llamaron pasquines.

CINCO. Pero faltaba gente en el baile. La presencia de los papeles en Il Pasquino se extendió a otras estatuas cercanas, entre otras, Marforio, Madama Lucrecia y Abondo Rizio.

SEIS. Los monumentos comenzaron a dialogar entre sí y terminaron siendo conocidos como el Congreso de los Ingeniosos o las estatuas parlantes. Interesante, un Congreso ingenioso.

SIETE. Il Pasquino, ojo, no el sastre jorobado sino la estatua, estuvo a punto de ser arrojado al río Tevere por ser el iniciador de estos diálogos.

OCHO. Aparece en escena un antecesor del actual Papa Benedicto XVI. Se trata de Benedicto XIII, Papa italiano (no confundir con Benedicto XIII, antipapa español). En 1727 Benedicto XIII estableció la pena de muerte, la confiscación de bienes y la infamia del nombre para los que difundieran pasquines (lo siento Pato Fernández) y así terminó este popular género literario.

NUEVE. El único que sobrevivió a la repre es Il Pasquino que hasta el día hoy exhibe pasquines. Se lo puede visitar en la Piazza di Pasquino, vecina a la Piazza Navona, en el centro histórico de Roma. Pueden pegar un papelito y decir lo que quieran. Tranquilos, Benedicto XIII ya murió.

DIEZ. Ahora viene lo bueno. Un siglo y medio después un chileno puso las cosas en orden. Alrededor de 1880 Juan Rafael Allende, autor de novelas y poemas, publicaba apasionados y divertidos pasquines en contra de los estratos dominantes de la sociedad, los banqueros y la Iglesia.

ONCE. Ahora viene lo malo. La Iglesia no demostró tolerancia ni sentido del humor y procedió a excomulgar a Juan Rafael Allende, a quien ya podemos calificar como el padre de la prensa satírica chilena.

DOCE. Esto es lo ridículo. La Iglesia excomulgó dos veces a Juan Rafael Allende. Pregunta, ¿cuando se excomulga a un excomulgado vuelve a quedar adentro de la Iglesia y sale el tiro por la culata o es como pegarle un tiro en la cabeza a un muerto?

TRECE. Aquí viene el final feliz. Juan Rafael Allende, para no quedarse corto, publicó un edicto y excomulgó a la Iglesia.

P. D. Ahora viene el triste epílogo. Para el Hora 25 que se emite esta semana se me encargó (mentira, yo me ofrecí, supliqué, rogué) entrevistar a Juanita Parra, Ximena Cubillos y Colombina Parra, que integran el grupo Besos con lengua.


Me preparé, leí, investigué largas horas hasta que supe de un antiguo mito que sostiene que los besos con lengua secuestran el alma. Flor, dije, yo, esta es la mía, vamos Góngora, tu puedes. Hice dieta, reaparecí por el gimnasio, tomé mucha agua, medité, respiré profundo. Me preparé a conciencia.

La voy a hacer corta porque no quiero continuar sufriendo. Me fue pésimo, no pude secuestrar el alma de ninguna de las Besos con lengua con un beso con lengua. Como soy realista tenía preparada una salida digna. En el programa anterior Frijoles había secuestrado a Diana Massis (cuando reapareció, ella estaba sonriente). Mi último intento fue pedirles a Besos con lengua que me secuestraran, que yo mismo pagaba el rescate, por anticipado, al contado, sin boleta, les juré que nos las denunciaría ni a mi mamá ni a la policía, pero no quisieron, permanecieron inconmovibles y nada las convenció.

Me retiré absolutamente derrotado y avergonzado, como una estatua parlante repentinamente enmudecida y ahora las cosas van de mal en peor, últimamente he estado soñando con Benedicto XIII.

Por si tuvieran la cruel tentación de ver el programa les aviso que mejor no lo hagan. Borré todo.

miércoles, marzo 08, 2006

CRÓNICAS BRAVAS


En cada programa descubro nuevas cosas, es lo mejor del periodismo. Preparando el que se emite el jueves 9 de marzo me encontré con el libro “Postales urbanas”, de Álvaro Bisama, que es colaborador en la revista de libros de El Mercurio, en The Clinic y en la revista Ciudad/ Arquitectura. Gran mezcla de mundos, miradas y lectores. Además viene con fotografías de Elisa Bertelsen que tienen mucho estilo.

Bisama es un excelente cronista que logra transmitir el alma fracturada de personajes, instantes y fragmentos de distintas ciudades. De Santiago dice que “es una especie de Frankenstein pervertido o un niño con síndrome de gigantismo.” Me parece notable la crónica “34 historias cortas del Barrio Puerto” que después de relatar historias de una línea de diversos personajes en tugurios porteños describe su retorno ¿a casa?: “...Son un ejército de zombies extenuados, que quieren evitar que la luz del día les pegue en el rostro, que les devore la poca energía que les queda. Suena una sirena de policía, los paraderos están llenos. Amanece sobre Valparaíso.” Es un gran homenaje a la frase de Tito Mundt que el mismo Bisama cita al inicio del libro: “Hay horas geniales en esta ciudad”.

Además en el programa hay una buena nota sobre “Fuga”, de Pablo Larraín, que se estrena el 30 de marzo. Hay algunas confesiones confesables (las inconfesables no las supimos) de Benjamín Vicuña, Alfredo Castro y el músico José Luis Domínguez (que asesoró a Vicuña) sobre las actuaciones de cada uno. Creo que es una película muy potente y distinta a lo que se ha realizado hasta ahora en el cine chileno y que en el centro de su historia tiene a una sinfonía macabra nacida de un hecho turbulento. Gran plot.

Me voy un rato por otro lado para decir que me resulta interesante conocer la arquitectura emocional de los personajes narrada por los actores y saber de las resistencias y dolores que en ocasiones provoca el contacto con un alma distinta a la propia que, aunque ficticia, frente a la cámara o arriba del escenario adquiere una existencia misteriosamente concreta.

Alguna vez un amigo actor me dijo que cuando trabajaba en la construcción del personaje a menudo comenzaba por la voz. ¿Cómo habla este tipo? ¿Rápido o lento? ¿La voz le fluye libre o viene arrastrada por una parte del alma que la frena? Es curioso que el proceso de creación de una personalidad compleja puede tener su detonante en el trabajo de probar y definir una voz, una manera de hablar.

Otro amigo me dijo que él prefería comenzar por el movimiento. Sabís Góngora, una de las primeras cosas que me pregunto es ¿cómo camina este conchesumadre?, ¿entra a un espacio como una especie de turbina que remece todo?, ¿o una cierta fragilidad interior hace que a cada paso va como tanteando el lugar donde apoyarse? Mis amigos son imaginarios, pero es un buen mecanismo para especular sobre cómo alguien se mete en el alma de una ficción para que los espectadores por un período de tiempo suspendan su credulidad y sientan que es real, tan real como ellos.

En el caso de un periodista escribiendo en un blog la pregunta podría ser ¿cómo escribe este conchesumadre?, ¿tiene todo pensado de antemano o se hace el dormido mientras los dedos se conectan con el cerebro y con el alma para que él no interfiera con sus estupideces?

Vuelvo al tema para contar que también descubrí a Las Capitalinas, un grupo de chicas entre 17 y 25 años que interpretan cuecas urbanas, esas que nacieron en la ciudad entre prostíbulos y tugurios (segunda vez, me gusta la palabra), en medio de fiestas, borrachos, mochas, cuchillos, gritos, tetas, agarrones, zapateo y mucho vino. La cueca urbana es una especie de cueca brava que huye de la postal lánguida y anodina. (Ese puede ser un buen título para este post que reúne a Bisama y Las Capitalinas: Crónicas Bravas. Listo, un problema menos, ese va.)

Las Capitalinas juegan con influencias rockeras en la cueca, la acercan a generaciones jóvenes y combaten el machismo ancestral. Sus fans les dicen Las Capitarricas. Suscribo.


En el programa también viene un ranking con piernas, una entrevista de Diana al Rumpy y la visión crítica del arquitecto Albert Tidy sobre distintas facetas de Santiago, incluida escultura de Condorito y meado medio clandesta en un paso bajo nivel. Santiago es un baño público, ojalá que nadie tire la cadena porque entonces sí que la cosa se pondría brava.

miércoles, marzo 01, 2006

"HORA 25"


Llegó la hora, después de mucho trabajo este jueves 2 de marzo salimos al aire con Diana Massis que es una periodista top y con un excelente equipo de realización.

"Hora 25" es la hora que no existe y por eso todo puede ocurrir, es la hora de la imaginación y la creación, del terror y el espanto, de los noctámbulos y de los sonámbulos, del punto de vista incisivo, del debate y la polémica y bla bla bla...

Algunas notas de mi reporteo para el primer programa. Para conversar con Claudio Pardo, líder del grupo Los Picantes, exploré el tema de los garabatos y se me vinieron a la memoria un par de cosas.

En Roma existe un restorán que se llama “La parolaccia” (palabrota, garabato) cuya característica es atender a los clientes a chuchadas, algo así como “¿y qué se va a servir hoy día el concha de su madre?”, lo que es muy disfrutado por los comensales porque no hay nada mejor que comer con buen humor. Allí hay un ejemplo interesante para distinguir entre el garabato y el insulto. Hay garabatos que en cierto código operan como un juego que muchas veces tiene un componente de ternura, asunto que ya sabemos por las decenas de versiones que puede tener el “huevón”. Por otra parte, como me dijo Claudio Pardo, hay palabras muy formales que dichas de cierta manera pueden ser muy hirientes y ofensivas.

Lo otro fue que me reencontré con un libro leído hace tiempo que se llama “Las malas palabras. Virtudes de la obscenidad”, de Ariel Arango, un psicoanalista argentino. Él afirma que la palabra obsceno vendría de una modificación del vocablo latino “scena”, por lo tanto aludiría a lo que está fuera de la escena, lo que no debe verse, lo que no debe hablarse, lo que permanece censurado de la “escena social”.

Además, haciendo un análisis de pacientes muy reprimidos Arango dice que, en algunos casos, al lograr expresarse con espontaneidad, liberados de las normativas sociales ,“fueron las “malas” palabras las que tuvieron el mágico poder de conjurar los afectos reprimidos” (una especie de “Ábrete Sésamo” del inconsciente). Concluye la idea sosteniendo que “las “malas” palabras son también, como los sueños, un camino real hacia el inconsciente”. Bueno, en “Hora 25” Los Picantes van a estar en escena y no fuera de ella con canciones populares que tienen la chuchada bien dicha y el garabato bien puesto.

Buscando datos acerca de las prohibiciones en el cine recordé en el programa que en EEUU alguna vez una “Liga por la Decencia y las Buenas Costumbres” propuso que las funciones de cine se efectuaran con la luz prendida porque afirmaban que la oscuridad incita al pecado. Si las cosas fueran así por el día seríamos santos y por la noche pecadores, pero el punto es que no creo que el pecado dependa del wataje de un ampolleta.

Otra de prohibiciones que recuerdo ahora que escribo. Cuando los talibanes llegaron al poder en Afganistán prohibieron el cine por considerarlo “impuro”, incluso el proyectorista de la única sala de cine que había en Kabul terminó condenado y en prisión por más de tres años. Aparte de una concepción autoritaria del gobierno, la medida también expresa una antigua prohibición de reproducir imágenes (el tema de los iconoclastas da para otro blog) por considerar que se trata de un acto de arrogancia frente al creador.


De hecho, en la Iglesia Católica durante siglos el asunto fue motivo de apasionados debates teológicos y recién en el Segundo Concilio de Nicea, en el año 787, se legitimó la producción de imágenes, particularmente en torno a la vida de los Santos, pero señalando que la pintura debía ser austera ya que sería un pecado de soberbia que las imágenes intentaran superaran al original. De hecho, esa decisión marcó la pintura religiosa durante muchos siglos.

Bueno, el reporteo en los propios recuerdos y en la información que da vueltas por ahí es apasionante. Hora 25. ¿Qué tienen en común SQP y El Mercurio? ¿Quieren enterarse de las últimas películas chilenas que Nicolás López hace mierda? ¿Qué es mejor el festival de silicona o la belleza sencilla? ¿Qué película va a ganar el Oscar? Tienen que ver el programa.

Otra cosa. Este viernes entrevisto a Patricio Fernández, director de The Clinic. Ayúdenme con las preguntas.