jueves, noviembre 27, 2008

Ciudades literarias

"Ciudad y deseo" se llama un seminario internacional organizado porla Universidad de Chile que se llevará a cabo entre el 3 y el 5 de diciembre. En nuestras ciudades, tantas veces desalmadas, cuesta conectarse y en muchas ocasiones la literatura refleja de manera brillante el alma de las ciudades y sus personajes.

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"Cuando dejé el bar poco antes de amanecer, una lluvia fina caía sobre la avenida Aoyama. Estaba exhausto. La lluvia empapaba muda los bloques de rascacielos que se erguían silenciosos como lápidas. Dejé el coche aparcado delante del bar y volví a casa andando. A medio camino, me senté en una valla y contemplé un gran cuervo que graznaba posado en un semáforo. A las cuatro de la mañana, la ciudad se veía miserable y sucia. La sombra de la putrefacción y la decadencia lo cubría todo. Y yo era una parte integrante de ella. Como una sombra impresa en la pared." ("Al oeste del sol, al sur de la frontera", Haruki Murakami).


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"Es maravilloso el modo con que una pequeña ciudad mantiene el dominio de si misma y de todas sus unidades constitutivas. Si uno cualquiera de sus hombres, mujeres o niños actúa y se conduce dentro de las normas preestablecidas, sin quebrantar muros ni diferir con nadie, no hace arriesgadas experiencias en ningún sentido, no enloquece ni pone en peligro la estabilidad y la paz espiritual de la ciudad, entonces tal unidad puede desaparecer sin que vuelva a oírse nada de ella. Pero en cuanto un hombre se aparta un poco de los caminos tradicionales, los nervios de toda la comunidad se estremecen y ponen en contacto estrecho a todas las demás células. ("La perla", John Steinbeck).


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"A las cinco de la tarde, a finales de marzo, el azul inmaculado del cielo de Roma empezaba a palidecer y un vaho mortecino empañana la transparencia azul de las calles estrechas. Las cúpulas de las antiguas Iglesias que, como pechos de gigantas yacentes, se elevaban por encima de los techos angulares, seguían bañadas por la luz dorada, que también bañaba la cima de aquella inmensa cascada de peldaños de piedra que bajaba de Trinitá dei Monti a Piazza di Spagna. Durante todo el día aquella pródiga y amplia fuente de escalones había acogido a una multitud de personas que, sin una ocupación regular o legítima, se había acurrucado al sol, y, a medida que este se ponía, esa horda desamparada iba trepando más arriba, como los supervivientes de una inundación suben a las montañas a medida que crece el agua. Los pocos que quedaban se apiñaban ahora en los escalones más altos para recibir el adiós del sol. Lo acogían con evidentes signos de reverencia en el rostro y las manos inmóviles, porque casi todos estaban quietos y en silencio." ("La primavera romana de la señora Stone", Tennessee Williams.)


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"Miró por la ventanilla de la izquierda, de un cristal que impedía que lo vieran desde el exterior. Le costó un momento entender que conocía a la mujer que viajaba en el asiento posterior del taxi situado junto a su automóvil. Era su esposa, con la que llevaba casado veintidós días: Elise Shifrin, poetisa con derecho consanguíneo a la fabulosa fortuna bancaria de los Shifrin, en Europa y el mundo entero.

- "¿Y tu automóvil?

- Parece que no lo podemos encontrar- dijo ella.

- Me ofrezco a llevarte.

- No, imposible. De ninguna manera. Sé que trabajas cuando viajas. Y me gustan los taxis. Nunca se me ha dado bien la geografía. Aprendo cosas preguntando a los taxistas de dónde vienen.

- Vienen del horror y la desesperación.

- Sí, exactamente. Basta con coger un taxi para enterarse de cuáles son los países donde reina el malestar y el descontento.

- Hace tiempo que no te veo. Esta mañana te estuve buscando.

Se quitó las gafas de sol,para subrayar el efecto. Ella le escrutó los ojos. Lo miró con atención absoluta.

- Tienes los ojos azules- le dijo. (....) Nunca me habías dicho que tuvieras los ojos azules." ("Cosmópolis", Don DeLillo.)

martes, noviembre 04, 2008

Obama

En febrero de 2007, hace casi dos años, publiqué un comentario sobre la entonces naciente candidatura de Barack Obama destacando que una de sus fortalezas más potentes era la de haber logrado construir un relato. (http://gongora5.blogspot.com/2007/02/relatos.html)


Ante los numerosos asistentes a una de sus manifestaciones señaló: "ustedes no vinieron aquí por mí, vinieron aquí porque creen en lo que este país puede ser". La frase remitía a la histórica afirmación de John Kennedy durante su campaña en los Sesenta: no pienses qué puede hacer tu país por ti, piensa qué puedes hacer tú por tu país. La propuesta, que entonces movilizó a millones de jóvenes, tuvo, y tiene, un propuesta muy atractiva: este país es de ustedes, no miren desde fuera, háganse cargo.

La invitación de Obama parece haber renacido con fuerza porque en EEUU este año se estima que van a participar en las elecciones un 60% de los jóvenes, a diferencia del 47% que lo hizo el 2004. En Chile las cosas no van por el mismo camino porque en 1990 los jóvenes entre 18 y 29 años representaban el 36% del padrón electoral mientras que ahora sólo alcanzan un 6%. El resto no quiere inscribirse y votar, optaron por mirar desde fuera.

En relación con el peso de los jóvenes en las elecciones el experto electoral estadounidense Dick Morris ha señalado que McCain no ha podido lograr que pese más la experiencia que la sed de cambio que desea una buena parte de la sociedad estadounidense.

Esta tendencia parece haberse convertido en un factor relevante en las recientes elecciones municipales en Chile y habría tenido inidencia parece haberse convertido en algunos triunfos y derrotas.

Volviendo a las afirmaciones de Kennedy y Obama hay que destacar que ellas instalan algo muy simple, pero esencial para ejercer el liderazgo: proponer un relato, invitar a recorrer un camino, desarrollar una tarea colectiva, una épica, una meta.

El relato moviliza la faceta más emocional y subjetiva de la personas, desata energías y entusiasmos que rompen ciertas depresiones sutilmente instaladas. Por otra parte, cuando no existen relatos no hay una perspectiva común y sólo experimentamos en solitario sucesos que parecen aislados y nos perdemos en un tumulto de hechos que rápidamente se olvidan y no logran configurar un sentido.

El asunto de los relatos no es menor en un mundo tan globalizado y fragmentado. Por una parte, está el desafío de fortalecer la identidad, las raíces y los vínculos comunitarios y, por otra, la necesidad, en medio de la fragmentación, de proponer ideas, proyectos que generen una vibración común.

Tengo la impresión de que hay una parte importante de nosotros que, en una realidad acelerada y que sólo parece vivir del presente, se convierte en una pasividad vital y, lo peor de todo, percibida como normal.

Necesitamos ideas y relatos que estimulen la capacidad de imaginar, de crear, de compartir, de proponernos un futuro que no sea la mera suma de pequeños y banales actos cotidianos. Necesitamos una épica que tenga que ver con sueños públicos compartidos capaces de movilizar las vidas de todos.

Este párrafo lo escribo el 6 de noviembre, después del triunfo de Obama. Esa noche expresó lo que puede ser, al mismo tiempo, el final de una parte del relato y el inicio de otra: "Y a aquellos que nos dicen que no podemos, responderemos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí, podemos."

Lo interesante es que esta frase la convirtió en una especie de ritual cuando repitió varias veces Yes, we can! a lo que cada vez la multitud respondía Yes, we can!

En suma, relato con ritual. Una joya.