jueves, julio 19, 2007

NOTAS DESDE ROMA

Comienzo con "Roma ciudad abierta" (1945), la gran obra de Rossellini, el Manifiesto del cine neorrealista italiano, una historia cercana al registro documental que nos revela a una ciudad azotada por la guerra y el nazismo y estremecida por su propia pasión y sus deseos de ser.

UNO. 19 de julio, 8.30 de la mañana. (DOCE, y final, actualizado el 19 de agosto).

20 grados la minima, 36 la màxima, el teclado es italiano tiene sòlo algunos acentos y al revès, la vida es dura, cada cierto tiempo hay que arrancar y meterse a una tienda, a una Iglesia o a una libreria a robar aire acondicionado. Afuera el calor es insoportable. En las librerias Roberto Bolano arremete. Estàn Isabel Allende, Marcela Serrano y Skàrmeta, pero Bolano, con "Notturno Cileno", se va colando hacia los estantes màs visibles. En las Iglesias, ancianas de una edad imposible dormitan a la espera de que pase el calor. Afuera, italianas improbables caminan a varios centimetros del suelo, se pasean como si no pasara nada màs importante que ellas mismas. Y uno, muerto de calor, con el cuello acalambrado de tanto girarlo.

DOS. Las cubistas, chicas que bailan arriban de un cubo en las discotecas, pequenas estrellas pre faranduleras a la espera que alguien las descubra o se las lleve de paseo a cualquier lugar, se cuelan a cada rato por las pantallas de television y relatan sus noches: "aqui cualquiera me puede invitar un trago, o llevarme a pasear por la noche, o a su casa, o a vivir con èl, ,lo que quiera." Ellas tiene claro el libreto, ellos tambièn. Lo mismo la tele.

TRES. Compro el diario espanol El Pais y en una vineta llamada El Roto se lee: "!Que gran avance: hemos pasado de tener que protegernos del clima a tener que proteger al clima de nosotros!".

CUATRO. Paseo con la magnifica Guia de Roma editada por el Touring Club Italiano que desde 1925 ayuda a descubrir y comprender esta ciudad. Ni una sola foto, ningún dato olvidable, 1040 pàginas en las que calle por calle, palacio por palacio, se relata la historia de los sitios patrimoniales de Roma, que son millones. Piazza del Poppolo: el obelisco que està al centro fue construido por Ramsès II en el 1.200 antes de Cristo (¿seguimos pensando que antes de nosotros no había nada?) y fue traido a Roma por el emperador Augusto. Còmo no. Los ejèrcitos romanos invadían los paises y se robaban las principales obras de arte y, como una senal de poder, las instalaban en sus ciudades como una manera de señalar que el mundo entero era romano. Esta es la ciudad de los obeliscos robados y, por estos dias, de brisas inexistentes.




CINCO. En un moderno sitio de acero y vidrio que parece levitar sobre el suelo, igual que las italianas, Ara Pacis Augustae, hay una exposiciòn que celebra los 45 anos de Valentino con centenares de vestidos tan delicados que parecen no existir. Màs tarde, acalorado despuès de ver tanto lujo, en la màs shilena y sin verguenza alguna, es decir, como un sinverguenza, porque el calor es apabullante, me mojo las patas durante largo rato en una sofisticada fuente. Gracias Augustae y gracias al arquitecto por su delicadeza.

SEIS. Camino por una calle del centro històrico y de pronto ella me dice: todos somos personas que nos hemos doblado en algun punto, que nos hemos torcido, que no hemos podido mantenernos a flote, y nos hemos hundido deprisa. Yo me voy para adentro y me quedo pensando en su insondable fragilidad. Al rato, me vuelve a hablar: cuando me siento sola hay algunas personas que me hablan desde las tinieblas. Igual que los àrboles mecidos por el viento susurran en la noche ellos se dirigen a mi. ?Què decir despuès de eso? Nada, sòlo seguir escuchando a Naoko, la protagonista de Tokio Blues, de Murakami, que me acompana por estos dias.

SIETE. Jueves 26 de julio. Me fui cuatro dias a una playa solitaria en Cerdena a casa de amigos romanos que estàn de vacaciones, donde no hay internet, ni computadores, ni discotecas, pero si hay unas aguas celestes increibles en las que me sumergia temprano en la manana hasta las 9 de la noche. Juro que no me deje caer de paracaidista, me ubicaron en Roma y me invitaron. Y continuaron mis lecturas hasta tarde en la noche, al borde de la madrugada.

Sanfeliu no quiere saber nada de Naoko, pero el caso de la senora Stone es màs dificil: "Còmo no hacia mucho que habia tomado conciencia de la pèrdida de su belleza, todavia, de vez en cuando se le olvidaba." Leo en Roma lo que sucede en Roma en una excelente novela del dramaturgo estadounidense Tennessee Williams, "La primavera romana de la senora Stone".

Williams ganò en 1948 el Premio Pulitzer de teatro por "Un tranvia llamado deseo" (llevada al cine por Elia Kazan en 1951 y protagonizada por Marlon Brando y Vivien Leigh) y en 1955 por "La gata sobre el tejado de zinc caliente" (llevada tambièn al cine por Richards Brooks en 1958 con Elizabeth Taylor y Paul Newman). Tambièn vale citar "El zoolòogico de cristal" (1945) y "La noche de la iguana" (1961), entre muchas otras. En 1961 Vivien Leigh protagonizò "La primavera romana de la senora Stone" junto a Warren Beatty como el gigolò romano Paolo di Leo, dirigida por Josè Quintero. Para no cansar sòlo agrego que en los ochenta Paul Newman dirigiò "El zoolòogico de Cristal" intrepretada por Joanne Woodward y John Malkovich.

O sea, estamos hablando de un maestro.

Ocurre que la senora Stone es viuda, millonaria, vine en un magnífico palacio con vista a la Piazza Spagna, està aburrida, fue una actriz muy popular màs por su energía que por su talento, asunto del que ahora dolorosamente toma conciencia, y vive en Roma a la caza de jòvenes sin casa que la distraigan a cambio de lujosos regalos. Ella està a la deriva, que es "todo lo que se hacia sin motivo" y "lleva una existencia casi pòstuma". Pero ella no declaraba aùn su derrota porque "caminaba por la calle como si estuviese entrando en escena".

Los problemas, sigue relatando Tennessee Williams, comenzaban a la hora del crepusculo, cuando "sòlo sus propios ojos en el espejo le habian devuelto la mirada, y la cama era ancha y blanca como un paisaje nevado que se vuelve tenuemente azul al caer la noche."

Asi, la pobre senora Stone, vivia una vida de mierda, Paolo, el joven de turno la maltrataba, y vivia en el vacio, "esa clase de vacio que permitia a tantos que ella conocia llevar la vida que llevaban sin ser conscientes de estar participando en el vasto ritual de la nada".


OCHO. La siguiente descripciòn que hace Tennessee Williams al inicio de la novela la cito aparte porque vale por si sola. "A las cinco de la tarde, a finales de marzo, el azul inmaculado del cielo de Roma empezaba a palidecer y un vaho mortecino empanaba la transparencia azul de las calles estrechas. Las cùpulas de las antiguas iglesias que, como pechos de gigantas yacentes, se elevaban por encima de los techos angulares, seguian banadas por la luz dorada, que tambièn banaba la cima de aquella inmensa cascada de peldanos de piedra que bajaba de trinitàa dei Monti a Piazza di Spagna."

Pechos de gigantas yacentes, ?qué se puede decir después de eso? No se si esta es la vez nùmero treinta que vengo a Roma o estoy al borde, pero nunca habia leido una descripcion tan precisa y al mismo tiempo tan poética de este rincòn de Roma.

NUEVE. Tres historias de la ciudad.

1. En 1593, se ordena el encierro de Giordano Bruno, nacido en Nàpoles, de la orden de los Dominicos, acusado de blasfemia y herejia, entre otras cosas, por sus ensenanzas sobre la infinitud del universo. "Dios es omnipotente y perfecto, dijo, y el universo es infinito; si Dios lo conoce todo entonces es capaz de pensar en todo, incluido lo que yo pienso. (...) Yo puedo imaginar un infinito nùmero de mundos parecidos a la tierra, con un jardin del Edén en cada uno."

En el 1600 se le declarò herético y fue expulsado de la Iglesia. Fue quemado el 17 de febrero de 1600 en la Plaza Campo Dei Fiori. Entonces, la Iglesia era gobernada por el Papa Clemente VIII, quien no tuvo la màs minima clemencia. Los romanos cuentan, con orgullo, que Campo Dei Fiori es la ùnica plaza importante de la ciudad que no tiene Iglesia. Al centro de la plaza hay una magnifica estatua de Giordano Bruno, quien poco antes de morir afirmò que su alma subiria con el fuego al paraiso.

La Iglesia tuvo piedad, pero de si misma, hace pocos días cuando el Cardenal Roger Mahony, de la ciudad de Los Angeles, EEUU, pagó US$ 660 millones para compensar abusos sexuales de los sacerdotes que alguna vez protegió cambiándolos de parroquia y absteniéndose de tomar las medidas que habrían correspondido. Cada víctima recibirá US$1.3 millones, lo que no está mal. El punto es que se llega a un acuerdo judicial para evitar testificar en un juicio que estaba a punto de comenzar.

2. Una amiga me invita a conocer Garbatella, un barrio popular construido a fines de los Veinte y que fue disenado con diversos servicios (teatro, muchas àreas verdes, banos publicos espectaculares, etc.) y con un diseno arquitectònico muy inclusivo que tiende a favorecer areas comunitarias y sociabilidad en el espacio pùblico. Es un fragmento tierno del que cuesta irse, un espacio urbano que se percibe al servicio de las personas, de emociones serenas y duraderas.


Además, barrio fotogénico y cinematogràfico porque allí se han filmado, entre otras, "Una jornada particular", dirigida por Ettore Scola y protagonizada por Marcello Mastroianni y Sofia Loren, y la segunda historia de "Caro diario", de Nanni Moretti, cuando el tipo pasea en una motoneta en el mes de agosto por una ciudad desierta.

A la pasada tomamos un café en el restaurante Biondo Tevere, donde cenò Pier Paolo Pasolini la noche anterior a su asesinato ocurrido el 2 de noviembre de 1975. Poeta, ensayista, periodista, dramaturgo, cineasta (entre tantas otras, "Mamma Roma, 1961; "El Evangelio segùn Mateo", 1964; "Teorema", 1968. Pasolini, un intelectual incòmodo para muchos, fue aparentemente asesinado por un joven marginal, pero hasta hoy permanece la idea de que ciertos poderosos en el gobierno lo deseaban muerto por las incisivas y profundas criticas a la sociedad italiana vertidas en sus obras.


En el Biondo Tevere la vida transcurre normalmente, aunque nadie ignora que Pasolini pasò alli su ùltima noche. Visitas ilustres han dejado su huella en el lugar, entre otras, Ana Magnani, notable actriz italiana ganadora del Oscar y del Globo de Oro por su participaciòn en "La rosa tatuada", dirigida por Daniel Mann en 1955, basada en una Obra de Tennessee Williams (otra vez el maestro). Ademàs fue la protagonista de "Roma, ciudad abierta", de Rosellini, un emblema del cine neorrealista italiano.

3. Me cuentan que Roma, desde el punto de vista de los espacios pùblicos y los servicios, tiene 111 micro ciudades. Sin embargo, un estudio sobre la percepciòn que tienen sus habitantes indica que ellos identifican sòlo 5 microciudades: el lugar donde viven; un par de sectores vecinos al suyo; el de sus padres; y el centro històrico. Esto demuestra que no habitamos una ciudad sino apenas algunos sectores de ella. Somos hijos de los barrios pero, al mismo tiempo, las nuevas tecnologias nos permiten pasearnos por todo el planeta porque Tokio y Santiago estàn a un click de distancia.

DIEZ. Hace pocos días el diputado Cossimo Mene, de la Unión Demócrata Cristiana, un sector que se acercó a Berlusconi, fue sorprendido con una prostituta en un lujoso hotel de Via Veneto. Esa calle fue convertida en un mito por Fellini al incorporarla en su película "La Dolce Vita" (1960), protagonizada por Marcello Mastroianni y Anita Ekberg, como el espacio urbano en donde una burgesía ricachona y decadente paseaba su frivolidad y su vacío. Hasta aquí todo rima.

El caso es que en la madrugada la prostituta se sintió mal luego de ingerir drogas y alcohol en cantidades y terminó en un hospital, donde descubren con quien y en qué estaba. Hasta aquí todo sigue rimando.

El punto es que el devoto político católico pocos días después iba a participar en un acto para convencer a los parlamentarios italianos que debían someterse a un test antidrogas. Aquí la rima se fue a la cresta y todo comenzó a chirriar.

Pero las cosas fueron aún peores y lo que antes rimaba terminó convirtiéndose en una sonajera ruidosa cuando el secretario general de su partido dijo que el problema era que el diputado, en cumplimiento del deber (¿cual de todos?), pasaba mucho tiempo lejos de su esposa y sus tres hijos y que, en consecuencia, proponía aumentar la dieta de los parlamentarios para que pudieran tener más cerca a su familia y así evitar tentaciones. Plop! De no creerlo. O sea, todo era por falta de dinero, pobrecito.

Todo es más patético si se considera que un diputado italiano gana mensualmente una dieta base de 15 mil euros, a lo que hay que sumar otros beneficios económicos por valor de otros 10 mil euros, equivalentes a 33 mil dólares, equivalentes a su vez 18 millones de pesos. Todo mal.

Como me decía un amigo italiano que es periodista y sigue el caso desde cerca, "en política no sólo hay que tener ética, también estética."

ONCE. Durante una cena al aire libre un grupo de hombres y mujeres italianas discuten acerca de cuales son algunos rasgos notorios del modo de ser de diversas ciudades. Tenían algunas concidencias: afirmaban que Roma es abierta, recibe, y en cierto modo dice "¡Tómame!" Torino, en cambio, es cortés pero cerrada, y dice "¡Búscame!"

¿Qué dice Santiago? ¿Cual sería la frase de Valparaíso, Concepción o La Serena?

DOCE (y final). Estoy en Santiago con la sensación de que todo lo vivido en Roma, a tranco lento, disfrutando cada instante, ya es sólo un recuerdo y siento que Santiago es avasallador, todo es mucho y además tiene que ser rápido. Pero, hace pocos días me conecto al ipod y me encuentro en la mitad de lo último que escuché en Roma, el magnífico Chet Baker, y todavía sigo allá, reviviendo cada instante. Esa es la gracia de visitar una ciudad y recorrerla con banda sonora.

Lo último. Repaso el libro "Historia de Roma", de Indro Montanelli, y me encuentro con lo siguiente. "Cuando un país sufre una derrota, inventa o exagera "gloriosos episodios" sobre los que llamar la atención de los contemporáneos y de las futuras generaciones y distraerla del resultado final y conjunto. He aquí por qué los "héroes" prosperan sobre todo en los ejércitos derrotados. Los que vencen no tienen necesidad de ellos. César, por ejemplo, en sus Comentarios, no cita ninguno."