viernes, agosto 07, 2009

La imagen, la sombra, el alma

La muerte súbita y misteriosa de Michael Jackson provocó un vendaval de imágenes que recién comienza a ceder. La noticia justificó una información abundante. Pero, da la impresión de que también hay algo más subjetivo que tiene orígenes muy lejanos: un impulso por mantener vivo a Jackson, por retenerlo, por doblegar a la muerte a través de las imágenes. De hecho, en eso consiste el arte funerario.

Algo similar ocurre con las fotografías de los seres queridos que ya no están. Tienen un estatus especial, se guardan cuidadosamente, se las venera. A esas fotografías las recubre un cierto halo mágico y a través de ellas hacemos presente una ausencia que nos duele.

Les atribuimos a las imágenes propiedades que no tienen, lo que ya está sugerido en leyendas muy antiguas. En “Vida y muerte de la imagen. Historia de la mirada en Occidente”, Régis Debray cita la historia de un emperador chino que pidió al pintor de su corte que borrara la cascada de agua que había pintado en un muro del palacio porque el ruido del agua le impedía dormir.

Algo parecido realizaban los cazadores del período paleolítico, en el sentido de atribuir ciertas cualidades a las imágenes (Arnold Hauser, "Historia social de la literatura y el arte"). Para "garantizar" la caza del animal que permitía la sobrevivencia de la especie llevaban a cabo el ritual de pintar al animal en las paredes de las cavernas atravesados por lanzas. En su pensamiento mágico existía la convicción de que iban a cazar al animal real porque ya lo habían atrapado en la pintura.

Un dato no menor es que numerosas investigaciones han llegado a la conclusión que dichas pinturas no cumplían una finalidad ornamental porque estaban pintadas en lugares oscuros de la caverna. Al parecer, se pintaba la escena de caza en lugares a los cuales se les atribuía potencialidades mágicas.

Por su parte, el historiador del cine y ensayista español Román Gubern, en “Del bisonte a la realidad virtual”, recuerda la leyenda recogida por Plinio el Viejo en su “Historia natural” acerca del invento del arte de la pintura: “una doncella de Corinto trazó sobre una pared la silueta del rostro de su amado, proyectada como sombra, para gozar de la ilusión de su presencia durante su ausencia.”

Lo visible tiene códigos invisibles, lo cual nos permite volver a recordar que la percepción no es un acto pasivo sino una intervención activa y creativa en el mundo impulsada por códigos ancestrales y emociones profundas que generan un tramado de significados complejos y misteriosos.

No habrá de extrañar entonces, señala Gubern, que algunas lenguas antiguas, como el latín, utilicen la misma palabra, imago, para designar la imagen, la sombra y el alma.

2 comentarios:

Assuwa dijo...

La verdad es que esos benditos condenados neorealistas llevaban razón en muchas cosas...

No fue Antonion quien digo algo así como que la observación de la realidad es posible sólo desde la poesía... Bueno, ante tal afirmación no hay más que rendirse ante los placeres de los sentidos (que no es lo mismo que la carne, no faltan los calientes jejeje) y con ello hacer nuestra mortal vida más llevadera.

Aunque debo advertir que muchas veces la imagen huele a cadaver y sospecho reiteradamente en que estos fetiches, artefactos utilitarios, pudieran estar al servicio de fines macabros con el eufemismo básico de que "representa" algo importante.

La imagen a veces se postituye con el afán del "poseer". Poseer un momento, una vida, un sueño, un amor, una palabra, etc... y en ese barniz comercial, mundano casi bursátil -...está bien, derechamente bursátil jejeje- se escapa un poco el espiritu libre y equívoco de su existencia.

Recién llego al blog y me gustó el ambiente. Se respira más tranquilidad que en el de la 3° auqnue siempre es agradable leer tus entradas independiente el lugar.

Saludos.

Chamila Rodríguez ACTRIZ dijo...

Elel mu kechi malal!
Kalli amulepe ñi ko
Elel mu kechi malal!wiño petu ñi kuyfimogen
Feypi Willi Kvrvf ñi Pvllv.
mogeley tati
iñchiñ ñi kom pu che,
ñi ou wenvy: mulfen ñi mogen


La Luna es el ave

que va alumbrando

mis palabras

su canto memoria

del Sol sobre mis aguas


Fui Fui, Kaallv Pewma
ñi Kuyfikeche, feypimeken
Iñche tati kvpan zugual
mi Piwke mu
mi kelluafiel ñi wewal
tañi pu kayñe


Que mis raudales sigan

que vuelva en flor

la vida libre

espíritu del viento

respiro de llovizna

¿se quedará sin sombra

el valle en que florece

el pensamiento, el aire

que sembramos?

Somos danza del amor

cuando amanece.